¡No quiero! by Celia del Río

autor:Celia del Río
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Romántico
publicado: 2018-10-05T22:00:00+00:00

Capítulo VI

La sala estaba decorada de manera distinta a como lo había dejado cuando me fui a vivir aquella mentira de vida al lado de Andrés. No eran los mismos muebles y había retratos nuevos de nosotros, por doquier. Aunque me sorprendí y sentí que todo era improvisado, no quise dañar el momento con Daniel y pretendí hacerle creer que no me había dado cuenta.

Sentí nostalgia y eso no lo pude evitar al entrar a la habitación, tampoco estaba igual, era como si estuviera en un lugar distinto, como si algún genio se hubiera llevado todo lo que Daniel y yo habíamos tenido. Cada suvenir que traíamos de los viajes, cada uno de los objetos que ya no estaban, tenían un significado especial para nosotros.

—¡Mi vida, guardé todas tus cosas en el closet, pero solo algunas, quise dejar que fueras tú quien las organizaras, ya sé que te gusta hacerlo personalmente! —Me dijo y fue inevitable ver en su rostro que se sentía muy afectado, pero no se atrevía a preguntar nada.

—Está bien, mi vida, mañana lo hago, por ahora quiero recostarme —Le dije y enseguida me metí debajo de la fría sábana y comencé a sollozar.

—¡Perdóname, Camila, perdóname mi vida! —Me dijo al escucharme llorar —Pedí que sacaran todo lo que me hiciera recordarte, viví días muy duros pensando que estabas feliz con tu nueva vida. La empresa de mudanza se llevó todo, yo les pedí que lo hicieran y como no pude cambiar la casa, la puse en venta y decidí irme del país para olvidarme de ti —Me confesó con sus ojos bañados en lágrimas de dolor.

—¡Eran nuestras cosas, en cada una de ellas estaban nuestros mejores recuerdos de cada año que pasamos juntos! ¿El osito Chu, también se lo llevaron? —Le grité y cuando le pregunté por mi peluche bajó su mirada —¡No, mi osito también se ha ido! —Le dije y sentí mucha tristeza —Ése había sido el primer regalo que me diste de novios, prometí que nunca me separaría de él —Le recordé y enseguida me senté en la cama con las manos en la cabeza.

—Pero ya lo habías dejado, Camila, tú rompiste tu promesa en ese momento —Me reprochó reiteradas veces.

—¡No fue así, Daniel! Yo siempre te dije que no podía explicarte y te pedí que me esperaras que solo iba a ser un corto tiempo, pero esa noche, me cortaste la llamada, pero jamás pensé que fueras a reaccionar de esa manera —Le dije con mucho respeto, pero sin poder apartar la tristeza.

Me sentía muy dolida con Daniel, pero entre mi molestia, podía entenderlo y al final traté de no hacer un drama por lo que había pasado. Yo era la culpable y eso lo comprendí después de escucharlo porque siempre pude haberle dicho la verdad, tal vez su manera de reaccionar hubiera sido otra. Quería dejar atrás todo lo que me causara dolor y evitarle a Daniel uno más, así que, si me tenía que despedir de mi oso Chu, lo

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